sábado, 6 de marzo de 2010

CON CARIÑO A LAS MOSCAS COJONERAS

Erase que se era, en un tiempo lejano pero que podía ser hoy, había una reina que solía dar grandes banquetes a todos los animales domésticos, pero nunca invitaba a los animales salvajes porque les tenía miedo.

En una de las fiestas que daba, había tres grandes mesas, y dijo a la vaca que, puesto que era el animal más grande de los presentes, se sentara al principio de las mesas y distribuyera la comida a los demás. La vaca dijo que así lo haría, y comenzó a distribuir el primer plato, pero se olvidó de la mosca por ser tan pequeña-
Cuando la mosca vio esto, pidió a la vaca que le diera su parte, pero la vaca dijo: “Estate tranquila, amiga, debes tener paciencia”.
Cuando llegó el segundo plato, la mosca otra vez pidió su parte a la vaca, pero la vaca señaló a su propio ojo, y le dijo a la mosca que recibiría su comida más tarde.
Finalmente, todos los platos se acabaron, y la mosca, sin haber recibido comida, se fue a la cama sin cenar.
Al día siguiente la mosca se quejó a la Reina, la cual decidió que, puesto que la vaca no había dado a la mosca su parte, sino que había señalado a su ojo, en el futuro la mosca siempre obtendría su comida de los ojos de la vaca, y incluso ahora, a donde quiera que van las vacas, siempre hay moscas alimentándose en sus ojos, de acuerdo con las órdenes de la Reina.
LA MORALEJA QUE LA ENCUENTRE CADA UNO

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