Este sábado 26 de diciembre colaboradores (no socios, simpatizantes-colaboradores) del Foro Cultural Provincia de El Bierzo comprometidos con la reivindicación de devolver el Patrimonio Berciano expoliado a El Bierzo, se desplazaron a París (Francia) y acudieron al Museo del Louvre donde procedieron a pegar un cartel en la vitrina en la cual se encuentran dos de nuestras piezas expoliadas: el Cáliz y la Patena del Abad Pelayo (también conocidos, como Cáliz y Patena de Peñalba) (Véase información sobre estas piezas y su expolio aquí: http://foroculturalprovinciaelbierzo.blogspot.com/2007/10/el-cliz-y-la-patena-de-santiago-de.html).FORO CULTURAL PROVINCIA DEL BIERZO 28/12/2009
Desde aquí nuestra solidaridad y apoyo con todos aquellos que luchan por la devolución de todos aquellos símbolos culturales que en el tiempo se nos han sido arrebatados, y que deberían estar en nuestra tierra como patrimonio que son de nuestra cultura.
Emilio, por mucho que nos duela esas joyas pertenecen legalmente al Louvre, fueron adquiridas con total claridad, no son fruto de robo o expolio. Otro asunto sería culpar a quiénes las vendieron, pero ¿dónde están ya los culpables?
ResponderEliminarDe acuerdo contigo en su adquisición por el Louvre, pero eso no es apice para que nuestras instituciones recuperén o almenos intenten recuperar algo que pertenece a nuestra cultura, como en su día se hizo con la compra del Castillo de Ponferrada. Expolio si hubo, porque antes de llegar al Louvre, las piezas pasarón de manos de la iglesía a manos civiles, y de estos por venta a un anticuario.
ResponderEliminarGracias por participar
http://foroculturalprovinciaelbierzo.blogspot.com/2007/10/el-cliz-y-la-patena-de-santiago-de.html
Cuando algo se compra sabiendo, o incluso sin saberlo, que lo que se compra es robado, según la Ley de Patrimonio (la que rige ahora en España) , esa pieza no es propiedad del comprador, sigue siendo del primer propietario al que fue robado.
ResponderEliminarAdemás el Louvre puede excusarse en lo que quiera, pero sabe de sobra que esa compra, aunque disfrazada de legalidad, era un fraude de Ley. Se hicieron los tontos cuando deberían haber informado al gobierno de España de lo que estaba pasando (poco caso hubieran hecho, pero ese no es el caso).
Deben devolverlas y el estado español debe reintegrarle una cantidad justa proporcional a lo que se pago en su momento.